Respiró fuerte el Betis, que supo asumir su papel para imponerse a un Athletic anodino, que jugó con Aduriz muy mermado y acarició el empate, aunque no lo mereció. El conjunto andaluz se distancia de la zona baja gracias a un esfuerzo conmovedor y un planteamiento que huyó de la posesión, pero que fue muy efectivo. Víctor Sánchez engañó a todo el mundo. Su alineación pareció de vocación ofensiva para mutar al cuarto de hora en un planteamiento inédito, en el que no dudó jugar con cuatro centrales en defensa (Mandi, Pezzella, Donk y José Carlos). Con los carrileros convertidos en interiores, el Betis fue rácano, pero ganó. El valor del triunfo sustenta la idea de Víctor y señala a un Athletic nervioso al principio y algo cansado.
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