La industria del fútbol enriquece a los técnicos al tiempo que los convierte en seres angustiados, frenéticos o sencillamente desgraciados. Pero Carlo Ancelotti (Reggiolo, 1959) parece feliz gracias a todo, o pese a todo. Porque ganó títulos para el Chelsea y lo despidieron. Ganó títulos para el PSG y lo despidieron. Ganó la Décima y el Mundial de Clubes para el Madrid, en 2014 y lo despidieron. Desde el verano pasado se encuentra al frente del Bayern y acaba de publicar Liderazgo Tranquilo (Editorial Indicios). Una herramienta imprescindible para entrenadores curiosos, un manual de orientación para cualquier empleado por cuenta ajena y una caudalosa fuente de entretenimiento para aficionados.
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