Para cuando quiso darse cuenta, el bueno de Andreas Seppi, un italiano de 32 años que suspira con los partidos del calcio y su Milan, ya había sufrido tal empellón que por mucho que tratase de reanimarse no hizo otra cosa sino prolongar el martirio (6-0, 7-5 y 6-1, después de 2h 18m) al que le sometió Rafael Nadal. El español, que se había autoimpuesto mejorar con respecto a su estreno en Nueva York, hace tres días, subió el pistón y registró una victoria que le conduce directamente hacia un duelo con el ruso Andrey Kuznetsov (7-5, 6-4 y 7-6 al catalán Albert Ramos) en la tercera ronda del torneo.
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