Es mucho más fácil convencer a un jugador de que se crea Maradona de que crea que no lo es. En realidad, con que nos concentremos un poco, todos somos Maradona. A unos los fastidió la mala suerte, a otros las lesiones, a muchos un entrenador que los colocó en una posición que no era suya. Un amigo que también se creía Maradona decía, directamente, que él no lo era porque no le gustaba el fútbol.
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