La afición le apoya. Tanto como antes. O incluso más. Al menos, sus seguidores, que son muchos, intentan demostrárselo a Valentino Rossi con más fuerza desde las gradas de los circuitos, habitualmente llenas los domingos, al tiempo que abuchean a sus rivales directos: Márquez y Lorenzo, a quienes se enfrentó duramente en las últimas carreras de la temporada 2015. Aquel final de curso le sigue escociendo. “La sensación fue muy mala. Creo que el final del año pasado no fue justo. Después de Motegi tenía potencial para ganar el campeonato, pero desgraciadamente en la carrera de Phillip Island algo cambió”, dice el piloto italiano en una entrevista en motogp.com, la web de contenidos de Dorna, empresa organizadora del Mundial.
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