El prólogo de los partidos es el calentamiento. Rafa Benítez calentaba formando un solo grupo con todos los titulares. Zinedine Zidane separa a los defensas con Kroos por un lado, a pasarse el balón; y a los atacantes con Modric por el otro, a ejercitar remates a puerta. Quizás no fue casual que Luka Modric metiera el gol decisivo con un disparo desde fuera del área en el minuto 84. Un gol que mantuvo al Madrid aferrado a ese hilo de esperanza que le une a la Liga al cabo de un partido que casi nunca pudo controlar.
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