Con un gran gol de Tomás Pina, casual o buscado, el Villarreal, en un ejercicio de madurez futbolística, logró empatar en el pasional San Paolo ante el Nápoles, aspirante al scudetto. Igualada de prestigio que le coloca en los octavos de final de la Liga Europa. A partir de su fortaleza defensiva, con oficio y mucho trabajo, el equipo castellonense rebajó las prestaciones del Nápoles en un partido muy táctico y de escasas ocasiones, con alternativas en el juego, intenso y disputado. Una página más en la historia del Villarreal que sigue ampliando currículo.
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