El amor por el balón no pudo con la pasión por el resultado. Ni el Bayern, que gobernó el duelo de pe a pa, sometió a una Juve que no entiende de rendiciones. Le bastaron unas pocas contras validadas por la enclenque zaga alemana para igualar un partido que parecía decidido, una desventaja de dos goles que ahora deja abierta la eliminatoria.
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