A Fernando Torres (Fuenlabrada, 31 años) se le cae el Atlético de la boca. Ocurre cuando habla, mientras juega e incluso si lo observa desde la grada. Últimamente se había acostumbrado a lo último, por eso cuando el sábado saltó al césped del Calderón en pleno renacer del Atlético frente al Eibar, la atmósfera se cargó de una mezcla de cariño y excitación que acabó por explotar cuando su niño mimado marcó el gol 100 con la camiseta rojiblanca. “No lo consideraba algo importante”, dijo el protagonista. “Solo quería ayudar al equipo”, completó.
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