Armar un centro del campo que no adultere ni la intensidad ni la verticalidad, ni rebaje las dosis de oficio de la línea, ha llevado al Atlético a Augusto Fernández (29 años, Argentina), un extremo reconvertido a mediocentro. Descartados Saúl y Koke como pivotes para jugar en solitario por delante de la defensa, el club le ha dado a su entrenador la pieza que eligió tras la grave lesión de Tiago. Los partidos disputados desde el percance del centrocampista luso también le han confirmado a Simeone su diagnóstico de que solo Gabi tiene el cuajo suficiente para jugar en esa posición tan trascendente como delicada cuando utilice el 4-3-3, lo que podía rebajar sensiblemente el nivel de competitividad del equipo.
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