Bruno Soriano, símbolo y alma del Villarreal, ejecutó al Valencia con un lanzamiento de falta directo en un derbi más disputado que jugado, con más pasión que fútbol. Dotado para lo fino y lo grueso, el capitán amarillo dirigió la victoria del equipo de Marcelino que acaba el año en puestos de Champions, distanciando al Valencia en 11 puntos. En El Madrigal ya han caído el Madrid, Atlético y Sevilla. Fernando Roig y su séquito están felices.
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