Quedaba un cuarto de hora y el Barcelona parecía haber finiquitado el duelo ante el Deportivo. Ganaba por dos a cero y el técnico Luis Enrique, que siempre piensa en el siguiente partido por más que lo desmienta en las conferencias de prensa, decidió hacer rotaciones para afrontar con aire y garantías el Mundial de Clubes de Japón. Quitó del campo a Alba, a Rakitic y también a Sandro porque Neymar estaba en la rebotica, y el equipo se enredó de lo lindo. Por lo que el Depor logró firmar dos tantos para sellar las tablas. “Quizá esperaba otra cosa de los cambios, me lo apunto”, concluyó entonces Luis Enrique. Un fallo que ya no comete porque rara vez cumple todas las sustituciones. “Perdimos el control cuando más lo necesitábamos”, analizó Iniesta. Y este es un error que, sin embargo, cuesta subsanar como se vio, por ejemplo, ante el Atlético el sábado pasado.
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