Arda Turan no solo siente que ya ha dado todo lo que tenía que darle al Atlético. Con 28 años , además de la firma de un gran contrato, también en la petición de su marcha que ha expresado ante la dirigencia del club ha dejado caer que la exigencia física que demanda Simenoe empieza a jugar en contra de sus piernas. En su segunda parte de la última temporada dio signos de ser un futbolista exprimido por un estilo en el que no hay distinciones entre correr hacia adelante y hacia atrás. Nunca fue un jugador de rendimiento continuo, pero la frecuencia de sus fogonazos de inventiva o de los momentos en los que se adueñaba de los partidos decreció sensiblemente en la recta final del curso pasado. Ya se veía fuera del club y algunos propios compañeros ya sabían que estaban ante los últimos partidos de Arda como jugador rojiblanco.
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