Le dijeron que se pasara por la piscina del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat y el joven Pau Ribas, un entusiasta solitario de 19 años que había practicado natación sincronizada mezclándose con chicas hasta la categoría júnior, cogió su coche y se asomó al recinto con la extraña determinación del gato cuando visita a las panteras.
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