Las huestes del Real Madrid desparramadas sobre el parquet del Palau Blaugrana, posando sobre el escudo del Barça mientras nevaba el confeti de los campeones. Esa fue la última fotografía del curso en las instalaciones del Barça. Josep Maria Bartomeu, en la grada, debió maldecir como socio lo que no supo evitar como presidente. No es una mera suposición. Un par de días antes del partido, él mismo declaró durante su turné de precandidato por diferentes medios de comunicación: “Como socio estoy muy cabreado. Se tiene que luchar, se tiene que competir, algo que en estos dos partidos no hemos visto”. Se refería a los que perdió el Barcelona en Madrid, como se podía haber referido a los que perdió en Málaga o a tantas otras derrotas infames en Sevilla, Valencia o Santiago. El Barcelona falló también ante el Olympiacos en los cuartos de final de la Euroliga. Pese a todo, jugó las tres finales españolas del curso y colecciona 19 consecutivas desde 2009, de ellas nueve en la Liga, competición en la que ha alcanzado cuatro de los últimos siete títulos.
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