Quiso Rafael Nadal corresponder a Londres, que en la puesta de largo del español en Wimbledon le brindó un día de esos que convierten a la capital inglesa en una ciudad irresistible. Cielo completamente celeste, calorcito (28º de temperatura) y sol radiante. El marco, ideal para la jornada de picnic de los cientos de personas que presenciaron el duelo desde la colina anexa a la pista 1 del All England Tennis Club, lo fue también para el estreno del de Manacor, que se deshizo (6-4, 6-2 y 6-4 en dos horas y 10 minutos) del brasileño Thomaz Bellucci para avanzar a la segunda ronda.
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