Diego Costa (Lagarto, Brasil; 30 años) aún conserva el todoterreno que utilizaba en Londres. La música a todo meter y verle aparecer conduciendo con el volante a la izquierda forma parte de la cotidianidad del día a día del Cerro del Espino. A primera hora de la mañana o de la tarde, todo el mundo se entera de su llegada a los entrenamientos. Al bajarse del automóvil su silueta no delata episodios anteriores de sobrepeso en su abdomen. Este verano, Costa se ha cuidado, consciente de que este curso se ha constituido en una reválida personal.
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