Apeado de la Champions en cuartos de final, el Barcelona afronta ahora el reto morrocotudo de medirse al Madrid, duelo que podría definir la Liga porque los blancos acumulan tres puntos de ventaja y un partido menos. “Se dan muchas situaciones especiales por el momento en el que estamos, porque es la jornada 33, por jugar contra nuestro eterno rival, que va líder…”, se arrancó el técnico Luis Enrique; “así que el objetivo es ser fieles a nuestra manera de jugar. Lo contrario sería irrisorio. No nos sirve otro resultado que no sea la victoria”. Y, lejos de mostrarse apesadumbrado por la derrota ante la Juventus, abatido porque no se marchará del equipo con otro laurel europeo, mostró su versión más guerrillera y orgullosa, esa que le hace crecerse en escenarios adversos: “Los jugadores profesionales están preparados para levantarse una y mil veces, para recuperar su nuestro nivel. Y veo al equipo en muy buena línea, aunque se haya perdido un título”, expuso; “Es beneficioso que toque el Madrid después del partido de la Champions. Por lo que tras una dura derrota, he hecho el trabajo del entrenador, que es reforzar y animar a los jugadores. Es una gran oportunidad y es bueno que sea trascendental para la Liga”.
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