Una hora de juego excelso de la Real, en la que tuvo ritmo, orden, concierto y oficio, procuró al conjunto de Eusebio tres goles, explotando las deficiencias del Valencia, condenado por sus errores defensivos, con un gol en propia puerta de Alves, un penalti innecesario cometido por Siqueira y un tercer tanto logrado por Oyarzabal. Dos terceras partes de partido en las que los donostiarras convirtieron Mestalla en el patio de su casa, con Odriozola clavando una y otra vez el veneno a la defensa local con sus internadas por el flanco derecho.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2p5cD0x
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire