Ni Messi ni Neymar. Los partidos más ásperos, aquellos en que las estrellas pasan de puntillas, son cosa de Luis Suárez. No hay un delantero más fiable que el charrúa, igual de protagonista en las jornadas solemnes que en las difíciles de jugar, como por ejemplo la del Nuevos Los Cármenes. Alrededor del uruguayo, el Barça construyó un triunfo tan indiscutible como costoso ante el Granada. Luis Suárez marcó un gol, le dio el segundo a Alcácer e intervino en el de Rakitic. No hubo jugada en la que no apareciera el 9 —30 goles, 22 en la Liga— excepto la última, que sirvió para que Neymar metiera por fin su gol 100. El Barça encontró siempre a Suárez, al final, al inicio y durante el encuentro, que no tuvo más equipo que el de Luis Enrique.
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