Si la imagen ante el PSG, subido a una valla publicitaria en el Gol Nord del Camp Nou, con el puño en alto, en modo guerrero para celebrar el triunfo épico ante el equipo parisino dio la vuelta al mundo, la fotografía de Messi en el Bernabéu, con la camiseta en las manos y enseñando el número 10 a la grada, cobra un valor simbólico más relevante. Por el lugar, por el rival y por el partido que acaba de firmar el argentino. Ante el equipo de Emery, se habló más de Messi por el retrato que por su juego. Este domingo no hay dudas, la foto del 10 es tan memorable como su partido. Ahuyentó los fantasmas de que ya no comparecía en los partidos grandes y dejó a Chamartín en llamas. Una vez más, ningún jugador ha coleccionado tantos goles como él en la casa del Madrid. Suma 14, 23 en los clásicos.
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