Zidane aplaude desde la zona técnica. Aplaude mucho, llueva y se moje o no. Aplaude cada vez que pasa algo que no le gusta y contempla con las manos en los brazos el juego ordenado. Esos aplausos tratan de reforzar el ánimo de algún jugador que falla en el pase, el remate o el control. Son abrazos disfrazados. También existe otra modalidad igualmente cálida, y esa tiene lugar en sala de prensa. “Me ha gustado todo de mi equipo. Los jugadores lo han dado todo sobre el campo”, aseguró tras derrotar al Athletic, aunque la frase no entiende de rivales porque aparece siempre que tiene oportunidad. No le preocupa al francés que el Madrid haya encajado su undécimo gol en 13 partidos, el octavo de manera consecutiva en el Bernabéu. “Son detalles, porque esto es fútbol”, relató despreocupado el entrenador del Madrid. “El rival te mete en dificultades”, continuó.
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