El Lorenzo más sincero volvió a ponerse delante del micro, de las grabadoras. Y respondió a los porqués sin pensarlo. Porque no sabe mentir. Le puede la sinceridad. Para algunos es un defecto, para él una virtud. Pues no soporta la hipocresía. Si este sábado, en Phillip Island, no fue capaz de rodar rápido y acabó el 12º clasificado, en la cuarta fila, porque se sintió atenazado por el recuerdo de sus caídas anteriores, de las lesiones que ha sufrido, de las veces que se ha roto las clavículas por un accidente con su Yamaha una mañana fría y lluviosa, él lo tiene que contar.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2ehNX2v
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire