Andrés Iniesta apenas duró algo más de diez minutos en el terreno de juego de Mestalla. El infortunio se cebó en el centrocampista de Fuentealbilla tras una entrada fuerte pero limpia, sin mala intención de Enzo Pérez. Iniesta quedó enredado entre las piernas del capitán del Valencia, cediendo su rodilla derecha, siendo sabedor inmediatamente que era algo más que lo sufrido en su articulación, era algo más que un simple golpe, retorciéndose de dolor y golpeando el césped maldiciendo su desgracia. El cuerpo médico del Barça apenas tardó unos segundos en certificar la gravedad de la lesión del manchego, comunicando al banquillo de Luis Enrique la obligatoriedad del cambio, sustituido posteriormente, a los 13 minutos del arranque del partido, por Rakitic.
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