Un clásico futbolístico gallego debe tener lluvia y sol, goles, piques y polémica. Todo eso se juntó en Balaídos para deparar un nuevo enfrentamiento entre Celta y Deportivo, así que habrá que concluir que fue un derbi fetén. Ganaron los locales, que a día de hoy parecen estar algún punto por encima de su eterno antagonista. Lo logró el Celta con amplitud, pero también con discusión porque el partido se le abrió tras un penalti que no pareció evidente. Luego sentenció ante un Deportivo muy endeble. El equipo de Berizzo, todavía irregular, se afianza en la clasificación y ya otea de lejos los puestos traseros que ocupó durante el primer mes de competición. No ocurre lo mismo con su rival, que marcha hacia el fondo de la tabla.
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