Disponer de una fortuna de 2.200 millones de euros te permite regalarte un equipo de fútbol quebrado que juega a 12.000 kilómetros de casa y al que solo puedes ver en directo con un madrugón de aúpa. Será por pasta, que fluya el dinero desde Singapur a Valencia. Pero uno se compra un club, no el fútbol. Ese botín es de la gente y no tiene precio. Aunque no lo crea Jorge Mendes, el magnate de todos los magnates, socio y amigo del financiero Peter Lim, a su vez mutualista y colega de Gary Neville, que ya es de la familia. Que se requiere un central, pues nada, llega Abdennour en el avión privado de Lim previa foto con Mendes colgada en las redes sociales. A cambio, 30 millones para el Mónaco, otro club satélite de Gestifute, empresa mendesiana. Que quieren un medio centro aunque ya se aliste el solvente Javi Fuego, pues toma Enzo Pérez por 25 millones y Danilo por 15. Más Vezo, Rodrigo, Cancelo, Mina, Bakkali...
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