Llegó a sobrevolar el rumor de que no saldría en zona mixta para hablar con la prensa. Imposible creer que Fernando Torres, en el día en el que anotó su gol 100 con la camiseta del Atlético, no tenía pensado agradecer el cariño recibido a todos esos compañeros que se lanzaron sobre él tras marcar el tercer gol ante el Eibar que le convertían en una leyenda goleadora del Calderón. “He sentido mucha emoción primero por el gol y después por la reacción de la gente, de mis compañeros y del banquillo. Es una enorme satisfacción”, reconoció el futbolista, risueño, bien peinado, y sin restos de arrugas en el rostro a sus 31 años. Lo cierto es que el tema de alcanzar la cifra redonda era algo que generaba cierta ansiedad en el club, consciente de que a uno de sus iconos podría quedarle poco tiempo en el vestuario.
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