El Granada, el peor equipo en casa, le cortó las alas al Sevilla, que sigue sin conocer el triunfo fuera de casa. Los de Sandoval realizaron un espléndido ejercicio, en especial en la primera mitad, donde asentaron su brillante y justo triunfo. Al Sevilla lo desquició, primero, su entrenador, Emery, con un planteamiento demasiado atrevido e ilógico, pues sobraron delanteros y faltó la guía de Banega, esencial en este equipo. Después de tirar 45 minutos, el técnico vasco recolocó mejor a sus hombres, que gozaron de ocasiones para conseguir, al menos, el empate. Fue la fase del encuentro en la que el Granada tiró de oficio y de las buenas maneras de su portero, Andrés Fernández, vital en dos disparos de Reyes y uno de Banega.
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