El destino es asimétrico con algunos héroes del deporte. Así sucede con la leyenda de Ana Tarrés, que se agiganta fatalmente a medida que su obra desciende al fondo de un proceloso mar. Esto es lo que sucede con el equipo de natación sincronizada de España, que quedó quinto en la final técnica de los Mundiales de Kazán después de haber quedado quinto en los preliminares de la combinada y quinto en el dúo técnico. Las cosas parecen que no pueden ir peor. El quinto puesto por debajo de Rusia, China, Japón y Ucrania es el lecho subacuático de hierro donde se posa el naufragio.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1h0k9Tr
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire