La lluvia, por fin, se tomó un día de descanso en la otoñal Hamburgo. Cesó el agua, sacó la cabeza el sol y el Rothenbaum Club pudo deshacerse de la capota plástica que impermeabilizaba la pista central. Como buen mediterráneo, lo agradeció Rafael Nadal, inspirado por esos rayos de luz que se filtraban a la hora del duelo contra Pablo Cuevas, resuelto con solvencia (6-3 y 6-2 en una hora y 12 minutos), sin angustia alguna ni intermitencias; novedad, por tanto. Venció con contundencia el número 10 y ahora se batirá en las semifinales (Canal+ Deportes 2) con el vencedor del Andreas Seppi-Simone Bolelli. Por el otro lado del cuadro, Fabio Fognini y Lucas Pouille aspiran al otro billete para la final del torneo alemán, de categoría 500.
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