Gaston Defferre lanzó una maldición sobre el Tour, aquella tarde del 10 de julio de 1971: “Mientras yo sea alcalde, nunca volverán por aquí”. Defferre, ministro del Interior con Miterrand, alcanzó la vara de mando marsellesa en 1953, la dejó a su muerte en 1986, y durante ese periodo de tiempo se cumplió su promesa. Marsella, habitual punto de llegada de la carrera a través de la historia, se quedó sin Tour. Por culpa de Eddy Merckx.
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