El Real Madrid se despidió de todas las competiciones hace dos meses, en medio de una tormenta de derrotas: frente al Ajax en la Liga de Campeones y contra el Barça en la Liga y la Copa. Las tres se produjeron sucesivamente, en el Bernabéu, ante el estupor de la hinchada. Aunque no faltaban señales alarmantes —el equipo terminó el campeonato anterior a 17 puntos del Barça—, el club desdeñó cualquier preocupación, incluidas las consecuencias de la salida de Cristiano Ronaldo, que no es precisamente un piernas. El Madrid, que ya daba síntomas de equipo desgastado, se volvió todavía más vulnerable. Tampoco le favoreció la fascinación que sufren sus dirigentes con los lustrosos premios de fin de año. Suelen empujar al autoengaño.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://bit.ly/2IOzrwy
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire