Ocho minutos de pesadilla apartaron al Baskonia de la que hubiera sido su sexta Final Four. Sucedió en el último cuarto, cuando el equipo de Perasovic dominaba por cuatro puntos después de un tiro de tres de Patricio Garino. Anotó y se apagó la luz. Desde ese momento hasta el final del partido sólo brilló el CSKA, apagado hasta entonces.
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