Diálogo de sordos. Algunos futbolistas viven en una realidad paralela y hay una razón: ninguna de las personas que les rodean tiene sentido crítico. Elogiar asegura mejor el puesto de trabajo que reprobar. No quiero dejar pasar el episodio que protagonizó Coutinho, que ha tenido un mal año. Valverde le tuvo paciencia, sus compañeros lo respaldaron y la afición le pitó un poco, no mucho. Así es la vida. En cuartos de Champions marcó un buen gol al Manchester y decidió vengarse de la gente con un gesto lamentable. Pareció preguntarle a la multitud: “¿Y ahora qué me cuentan?”. Si la afición supiera contestar le hubiera dicho, primero: “No me jodas la alegría del gol con esta reacción infantil” (cuesta imaginarse a una hinchada hablando educadamente). Y segundo: “Si nadie te cuenta la verdad, cuéntatela tú mismo, que ya tienes edad”. Lástima que la hinchada, como el entorno del jugador, no sepa hablar.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://bit.ly/2J0vKTN
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire