El día anterior a cerrar el año, la niebla se propagó por la capital aragonesa durante las primeras horas de la mañana. Momentos después, sin embargo, salió el Zaragoza al campo de entrenamiento de la ciudad deportiva y el frío y la bruma dieron paso al sol como si de una alegoría se tratase, pues desde que llegó Víctor Fernández (Zaragoza, 58 años) por tercera vez al banquillo de La Romareda todo parece de otro color, más luminoso y optimista.
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