Gareth Bale se retiró del partido en Dortmund en el minuto 84 aparentemente acalambrado en su pierna izquierda. Aquella noche del martes 26 de septiembre, instantes después de que los problemas musculares volviesen a asomar en el galés, Zinedine Zidane hizo un llamamiento a la calma y dijo que lo que sufría su muchacho era solo eso, unos calambres en el gemelo izquierdo. Resultó no ser así. La posterior exploración mostró que el problema era mayor y no residía en el gemelo sino más arriba, en los isquios, según aseguraban desde el Madrid. Zidane lo confirmó el sábado, horas antes del partido de Liga frente al Espanyol, para el que no pudo contar con el atacante.
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