A finales de los ochenta, los padres de una generación de pilotos de Asturias y Castilla y León comenzaron a llevar a sus hijos a Madrid a participar en competiciones de karting. Uno de esos niños, de apenas 8 años, era un futuro bicampeón del mundo de Fórmula 1, un tal Fernando Alonso. En una de sus excursiones a la capital compartió pista por primera vez con Antonio García, un año mayor. Fue el inicio de una amistad que cumplirá prácticamente tres décadas cuando ambos se vuelvan a reencontrar como rivales, aunque en distinta categoría, en la próxima aventura del ovetense al margen de la F-1: las 24 Horas de Daytona, prueba de resistencia que García ha ganado en dos ocasiones (una victoria absoluta en 2009 y una de clase en 2015) y que se celebra el 27 de enero.
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