El 18 de enero, en plena crisis deportiva, el Barcelona decidió despedir al pívot estadounidense Joey Dorsey. El jugador había criticado a través de las redes sociales la labor de los médicos del club y les culpó de haberle obligado a jugar lesionado en los playoffs de la anterior edición de la Euroliga, en la eliminatoria contra el Lokomotiv Kuban. Ahora, nueve meses después, el Juzgado de lo Social número 26 de Barcelona ha declarado nulo el despido. El club está obligado a readmitir a Dorsey o a pagarle la totalidad del contrato que tenía firmado hasta el 30 de junio de 2018 y que, según Mundo Deportivo, ascendería a 1,5 millones de euros, además de indemnizarle con 25.000 euros por daños morales.
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