Varios jugadores del Barcelona acudieron hace ya bastantes años a una fiesta que celebró un buen conocido del grupo azulgrana. Entre ellos estaba Messi, reacio a mezclarse con el barullo, por lo que se quedó en un gran sofá blanco junto al anfitrión Gabi Milito hasta que sonaron las campanas de volver a casa. Agua, cháchara y nada ni nadie más. “Leo es muy amigo de sus amigos”, cuentan desde el vestuario, y entonces lo era de Milito.
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