El Sevilla sobrevivió a Messi. No pudo, sin embargo, con Pedro en un partido diseñado para el canario, suplente de Rafinha hasta la prórroga, cuando a Luis Enrique le dio lo mismo que acabe siendo futbolista del Manchester. Necesitaba el Barcelona a un héroe en un partido de locura y apareció el esforzado Pedro, igual que en la Supercopa de 2009, en el mismo minuto de la prórroga, para acabar con el arrebato del Sevilla y premiar el trabajo de Messi.
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