Llegó al Madrid hace una temporada, tras ejecutar un fabuloso Mundial en Brasil, donde fue nombrado el mejor portero del torneo. Tal distinción acabó siendo un asunto menor, teniendo en cuenta que el peor Messi fue considerado el mejor jugador. El caso es que Keylor Navas arribó el Bernabéu con la vitola de sustituto del mito, de Casillas, que ya por entonces comenzaba a ser demolido a hachazos por ciertas amistades peligrosas del presidente. Poco pudo demostrar el costarricense, pues poco pudo jugar. Con la definitiva defenestración de Casillas rumbo a Oporto, a Keylor se le abrieron las puertas de ese cielo al que reza, de rodillas en el césped, antes de cada partido.
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