lundi 31 août 2015

Kristian Sbaragli, el triunfo del esprínter inesperado

Hay etapas que son como valles, que nacen y mueren por debajo de las montañas a las que los clásicos las llaman etapas de transición, más aún cuando espera una jornada de descanso antes de una dura batalla. Un descanso accidentado, porque la Vuelta son dos vueltas en una, la que se hace en bici y la que se hace en coche o autobús. La primera se altera cada año según el recorrido, la segunda va creciendo en España en su afán de ir de aquí para allá, de llegar a todas partes estrujando el mapa. Una Vuelta de manillar y una Vuelta de volante. Este lunes llegaron los ciclistas a Castellón soñando con la jornada de descanso, pero los descansos se pagan. Y a los ciclistas les esperaban, tras la meta, cinco horas de autobús antes de llegar a Andorra y encontrar esa cama vacía del hotel que te espera cariñosa.

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