Nunca desconfíes de un hincha de fútbol, y menos del argentino, porque son capaces de gambetear hasta las utopías. En la recuperación de un lugar que Buenos Aires nunca debió haber perdido, San Lorenzo reconquistó este lunes las tierras en las que levantó su primer gran estadio, El Gasómetro, en el que jugó como local entre 1916 y 1979, cuando debió entregarlos por presión de la dictadura militar. Decenas de miles de hinchas, entre ellos una mayoría de jóvenes que nunca saltaron sobre el viejo templo de madera, participaron de una vigilia que comenzó el domingo por la tarde y explotó en el primer minuto del día en que uno de los cinco clubes grandes de Argentina, apodado el Santo, volvió a lo que justamente denomina Tierra Santa, el barrio de Boedo, histórica zona de tango y fútbol en el centro geográfico de la capital.
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