Terminó la extraordinaria historia de Cori Gauff en este Wimbledon. Y terminó como lo merecía, con todo el público de La Catedral en pie y rindiendo honores a una niña de 15 años que ha puesto patas arriba el torneo durante estas dos semanas que se ha prolongando su eclosión. Se cerró porque así lo decía la lógica, porque ella es muy buena pero Simona Halep (doble 6-3, en 1h 15m) está curtida en mil batallas y es otro tema, un durísimo hueso de roer al que seguramente ya tendrá tiempo de hincarle el diente la estadounidense.
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