Descubriendo a los veteranos. Algo grave está pasando si en la Copa América estamos redescubriendo a los viejos antes de ilusionarnos con los jóvenes. En el Brasil-Argentina la gran figura fue Dani Alves, que con 36 años jugó de defensa, centrocampista y delantero, dándole a cada función la velocidad y el criterio justo. En el primer gol de Brasil despejó el camino eliminando argentinos, primero con un sombrero y luego con un enganche, en la que fue la jugada del partido. En el Chile-Perú se erigió la figura de Paolo Guerrero (35 años), que en medio de tanta velocidad y fricción pareció decirnos, en cada pelota que tocaba, cómo se juega al fútbol. Para ser más gráfico lo hacía a cámara lenta. Logró que lo confuso se clarificara y que los que mirábamos nos reconciliáramos con lo más hermoso del fútbol, que no es otra cosa que ver el talento puro en acción.
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