dimanche 21 juillet 2019

El sospechoso Sun triunfa en 400 libre y la joven Titmus destrona a Ledecky

Expedientado por doparse con trimetazidina en 2014, sancionado con una multa de 650 euros y rehabilitado, el problemático Sun Yang se presentó en el Mundial de natación de Gwangju envuelto en su habitual parafernalia de aclamación propagandística oficial china hasta que el Daily Telegraph, en su edición australiana, reveló que le habían vuelto a investigar por negarse a someterse a un control sanguíneo en septiembre de 2018. Según parece, no solo se resistió entre amenazas a los analistas enviados por la WADA, la asociación mundial contra el dopaje, sino que luego rompió a martillazos el frasco con la muestra de sangre que le habían extraído. Resultó asombroso que la FINA, la federación internacional, le permitiera competir sin cerrar el caso. No solo compitió. Se tiró a la final de 400 libre, celebró su triunfo lanzando puñetazos al aire y mostrando cuatro dedos a las cámaras, señal de su cuarto título consecutivo mundial en la distancia, y se colgó la medalla en pleno escándalo. Mack Horton, el australiano, que fue plata, se negó a subirse al mismo podio que Sun, que solo pudo darle la mano al medallista de bronce, el italiano Gabriele Detti.

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