El Paris Saint-Germain ha pasado de romper la banca de los fichajes en 2017 a moverse con suma cautela en 2019. Condicionado por el escrutinio de la UEFA, que vigila sus cuentas al límite del desequilibrio presupuestario, ahora el club más rico de Francia va pescando selectivamente en caladeros menos concurridos. Este martes hizo oficial el fichaje de Pablo Sarabia tras pagar unos 20 millones de euros al Sevilla.
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