Explica su madre que nunca le pudo contar un cuento. Cuando Jorge Martín (Madrid, 20 años) apenas sabía hablar, con dos años, renunciaba a la tierna escena con una exigencia: “No, cuento, no; revista de motos”, le decía el nuevo ganador del Mundial de Moto3 a Susana Almoguera. Y no quedaba más remedio que ir repasando una a una las Yamaha o Ducati de la época. Ella ya sabía dónde se metía. Ángel, el padre, economista, participaba en carreras amateur y era un fanático de las motos. “Cuando éramos novios descubrí que tenía un montón de números de Motociclismo apilados en casa”, dice Susana, socióloga industrial, hoy dependienta en una tienda. Y con aquellas revistas se crió el niño. Y con el sueño de ser piloto. Hasta que este domingo, en Sepang, se proclamó campeón del mundo.
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