La selección española se estrelló contra el muro turco (71-67) y fue la víctima del estilo de juego que recordó al que ella misma utilizó cuando ha contado con un pívot tan dominante como Pau Gasol. Salvando todas las distancias e injustas comparaciones, Semih Erden, sobrevoló el partido y fue el verdugo del equipo español. Imponente y dominante, sumó 16 puntos y 14 rebotes, e impidió que el equipo español pudiera sellar ya su clasificación para el Mundial de China. Deberá esperar, al menos, al partido del domingo en Tenerife ante Ucrania. Y si no, se verá exigido más allá de donde deseaba y esperaba, en la última de las dichosas ventanas que ha establecido la FIBA, a finales de febrero, en Letonia, o en el partido de vuelta de nuevo ante Turquía.
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