La vuelta de la tormentosa final sin fin entre River Plate y Boca Juniors se disputará el 8 o el 9 de septiembre “en una sede a definir” fuera de Argentina. La decisión de la Conmebol, máxima autoridad del fútbol suramericano, castiga a River, cerca de cuyo estadio se produjo el ataque al autobús en que viajaban los futbolistas de Boca. Los violentos incidentes obligaron a suspender tanto el sábado como el domingo la vuelta de la final de la Copa Libertadores entre los dos hermanos enemigos del fútbol argentino. La ida, en la Bombonera de Boca, concluyó en empate a dos goles.
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